Alquimia, magia y sincronicidades entre la Tierra y el Cielo.
Así podría resumir lo vivido durante mi exposición en Rennes-le-Château, un lugar donde lo visible y lo invisible parecen rozarse, donde lo sutil se acerca a lo humano, y podemos sentirnos como en casa…

Cientos de personas han pasado frente a los Mensajeros del Corazón. Algunas dejaron sus palabras en el libro de oro, otras compartieron su sentir con el equipo del museo, en redes o en encuentros personales. Cada testimonio fue una chispa más de esa energía viva que compartimos, que nos une a nivel del corazón y que cada obra intentaba reflejar, inspirar y nutrir.

Diria que Rennes-le-Château y la zona alrededor, es algo así como una antena espiritual, un portal de devoción y memoria, profundamente ligado al Sagrado Femenino y a la presencia de María Magdalena. En este entorno, la alquimia interior se hace visible favoreciendo a la luz de la consciencia inspirar y elevar la materia, la energía del corazón florece como un avance privilegiado de la nueva humanidad-realidad haciéndose visible.

Esta experiencia, que en un inicio viví como un salto al vacío, fué aportando ricos frutos. Confirmando que la magia ocurre cuando seguimos el camino del corazón y confiamos en el llamado del alma a compartir nuestros dones.

Gracias a tod@s —visibles e invisibles— por hacer posible este Santuario de los Heart-Messengers en Rennes-le-Château.
Gracias por recordarnos, una vez más, que la presencia radiante habita en cada un@, diversa, amorosa e infinitamente creativa.

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